Una vez realizada la huelga estatal de consumo del 21 de diciembre 2010, podríamos valorar la misma como muy positiva, aunque aún insuficiente. Esta Huelga de Consumo ha sido una primera experiencia que pretendía por un lado ser un nuevo método de lucha y presión contra gobierno y multinacionales. Pero también una herramienta de concienciación social que permita a la sociedad reflexionar sobre si el actual modelo capitalista, basado en el consumo insostenible es viable y sobre todo, si es posible salir de la actual crisis aplicando las mismas recetas que nos han llevado a ella.
Si analizamos estos dos pilares de huelga de consumo, podemos obtener dos conclusiones muy diferentes.
· Por un lado esta Huelga de Consumo no ha conseguido paralizar, por la vía del no consumo, centros comerciales, grandes bancos, empresas o supermercados. Es evidente que el consumo ha bajado este día ya que miles de personas han secundado la huelga, pero su repercusión en un momento de consumo desmedido no ha producido apenas efecto, aunque si bajó el consumo eléctrico en los hogares.
· Sin embargo la otra vertiente de esta huelga, el lado de la concienciación social, creemos que ha sido muy positiva y ha servido para que cientos de miles de personas se replanteen si el actual modelo de consumismo es socialmente sostenible, justo y ecológico. Y es en este aspecto desde el que Huelga de Consumo 21D valora como un ÉXITO la movilización.
En apenas un mes se han adherido 140 organizaciones a la convocatoria, otra muchas se han sumado aunque no lo han comunicado por alguno de los cauces abiertos. Decenas de colectivos nos han apoyado desde las redes sociales, siendo miles los seguidores en las mismas a la huelga de consumo. A pesar del silencio intencionado de los medios oficiales de comunicación, la repercusión en la prensa, radio y TV local ha sido más que aceptable y centenares de páginas web han difundido esta convocatoria.
Se han repartido miles de dípticos, octavillas y carteles en centros comerciales, centros de trabajo y por las calles de numerosas ciudades, llegando a un sector de la población que es imposible llegar por internet.
Hemos sido muchas las personas apoyando esta iniciativa, pero no suficientes. No hemos sido suficientes para conseguir convertir una huelga de consumo en una herramienta de presión ante gobierno y grandes empresarios. Seguimos sin ser suficientes para promover un cambio en los hábitos de consumo.
Es evidente que con esta jornada de huelga de consumo, convocada el 21 de diciembre de 2010, se ha creado un precedente y sentado las bases de futuras movilizaciones. Ahora nos toca debatir, reflexionar y analizar internamente en cada una de nuestras organizaciones. Ver donde hemos fallado y cómo podemos mejorar.
Solo tras ese análisis podremos, esta vez con más tiempo, trabajo y participación, buscar nuevas fechas adecuadas para una nueva Huelga de Consumo en su doble vertiente: como elemento de lucha, presión y movilización y como herramienta de concienciación social, que permita con el tiempo avanzar hacia una sociedad más justa, solidaria, sostenible y ecológica.
Gracias por vuestro apoyo y nos veremos, con toda seguridad, en otra jornada similar.